jueves, 27 de diciembre de 2012

La bella época

-No, no te voy a compartir con nadie.
-¿Pero quién ha hablado de compartir?
-¿Ah, no? Entonces estamos hablando de dejarlo.
-No, no, estoy hablando de otra cosa, no hace falta ponerse tremendista.

Se persiguen alrededor de una mesa redonda, aunque más bien parecen huírse. Ella se para y coloca cuatro dedos contra la madera, a modo de potro, sobre las que asienta sus palabras, rojas como su boca. Él abre mucho la nariz y aprieta los labios.

-Estoy hablando de por qué no se puede considerar el sexo como arte, ¿entiendes?. Cada cual lo hace a su manera, tiene su estilo, sus fetiches, sus tópicos, ya sabes, cada uno se forja una identidad a través del sexo.
-Y tú quieres tirártelo.
-Vamos a ver, no estamos hablando de eso; quiero decir que si el sexo es un arte, también hay artistas, y si hay artistas, también hay público, ¿comprendes?. Hay quienes quieren tener Mirós en sus paredes, y podría haber quienes quieren poseer a alguien, en su cama, admirar su arte.
-¿Y yo no soy un artista?
-No creo que Van Gogh pidiese una felación después de pintar sus girasoles, no sé si me entiendes.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Mañanitas


He venido aquí porque me han dicho que está muy bien, aunque no sabía lo de la consumición. Cómo se pasan los cabrones. Ya no es lo mismo. Siento que algo me falta, que algo se me ha ido. O que se me ha escapao. Los amigos olvidados, el tiempo perdido. Las mañanitas de café y churros. ¿Un cigarro? Ahora no, que no hay café ni de qué hablar. Dónde me dejé las mañanas, me las han quitao. Duermo de día y sigo sin rezar de noche, algo me tenía que caer. Dime dónde están, por aquí tienen que andar, al lado de la cartera y las llaves. Al móvil ya le pegué la pedrá hace tiempo. Venga, joder, busca entre edredones, que aparecerán por algún lao. Dijo que me recogería a las seis. Estamos a diez y el martes ya pasó. Yo no sé dónde me las he dejao, pero yo me voy, que me recogen en coche. Si las encuentras diles que lo siento, que no es mi culpa, que ya nos vemos si eso, que es que he estado liada. Les mandaré flores. Diles que no tengo wassap, pero que aún conservo la dirección. Dime antes por dónde se va, que nunca había estado aquí. Me dijeron que estaba bien, y justo ahora me sale el criterio. Ya nos veremos si eso.  

Costuras

Quién sabe qué cara pongo sentada en el váter, o quitándome un padrastro. Jamás lo sabrás, porque ni yo lo sé, y ahora deseas ponerme cara para imaginártela pegada sobre mi cabeza que está sobre mis hombros que están sobre mi cuerpo que está sobre el váter mientras me quito un padrastro. No lo sabrás jamás, ni lo que siento al tirar de la costura rota de mi dedo; no sabes si es una dulce manía o una tortura psicótica, jamás lo sabrás. Y cuando vayas a comprar pan a la vuelta de la esquina tampoco sabrás si la panadera amasa el pan justo después de tocarse, o si el viejo de la plaza espera a las palomas o a que le pasen costo; pero yo, sin saber nada, me lo imagino y me lo justifico, y me subo a la tarima y hago lo que ellos, explicando un por qué. Porque me visto y me desvisto con el albedrío de las palabras, y juego a ser quien no soy, porque soy todos ellos. Pero eso tampoco lo sabréis jamás. Porque ahora tampoco soy yo.